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JUNIO
VICTOR GUAYLUPO M. - ESCUELA DE NEGOCIOS COCA-COLA
¿Alguna vez te has preguntado cómo podrías mejorar tus ventas, organizar mejor tu local o hacer que tus clientes tengan una mejor experiencia de compra?
Estas son preguntas que muchos emprendedores como tú se hacen todos los días. La buena noticia es que existen técnicas sencillas pero poderosas que puedes aplicar en tu negocio para encontrar respuestas. Hoy te queremos contar sobre una en particular: el pensamiento analógico.
Es una forma de pensar que consiste en observar cómo otros negocios resuelven sus problemas y luego adaptar esas ideas a tu propia realidad. No se trata de copiar, sino de inspirarte. A veces, las mejores soluciones no vienen de otras bodegas, sino de lugares que parecen muy distintos: bancos, clínicas, ferreterías, supermercados, incluso instituciones del Estado.
Aquí te damos algunos ejemplos concretos:
En los bancos, los clientes sacan un ticket y esperan sentados. ¿Y si tú también organizas la atención con números o turnos en horas pico? Podrías evitar aglomeraciones y mejorar la experiencia.
En las clínicas, hay pantallas que informan sobre salud mientras esperas. ¿Y si tú colocas un televisor o una pizarra con consejos útiles, recetas o promociones del día?
En las tiendas por departamento, anuncian ofertas por altavoz en ciertos momentos. ¿Y si tú haces algo parecido con una bocina o simplemente avisando a tus clientes frecuentes cuando hay descuentos?
En las ferreterías, los productos están agrupados por tipo y uso. ¿Y si reorganizas tu bodega para que los productos más buscados estén más visibles y accesibles?
Porque el pensamiento analógico te obliga a mirar más allá de lo habitual, a salir de la rutina y a encontrar inspiración en lugares inesperados. Es una herramienta que está al alcance tuyo para mejorar.